(Antes de nada me gustaría aclarar que todas las fotos fueron tomadas por mí con mi teléfono móvil, por lo tanto si las queréis pedidmelo plis)
Saludos
terrícolas para vosotros. Hoy os traigo algunas de mis aventuras en
Inglaterra. Con esto pretendo entretener pero también ayudar por si
vais algún día por vuestra cuenta como yo hice, ya que no es fácil
moverse por allí siendo menor de edad.
* * *
Recuerdo
la mañana de ese viernes en particular. No tenía ni idea de como
meter tanta ropa y pertenencias personales en una maleta que sólo
podía pesar 10 kilos (también se tenía que pensar en la vuelta
porque debía pesar lo mismo y entre los souvenirs y otras
tonterías...). Así que simplemente me arriesgué y lo puse todo.
Las consecuencias vinieron más adelante.
Una
vez en el aeropuerto todo fue como la seda. La señora del control ni
me hizo pesar la maleta y todos los papeles estaban en orden. Y yo,
feliz como una perdiz de perder a mi familia de vista por unas
semanas, subí en ese pájaro metálico llamado avión.
Llegué
al aeropuerto de Gatwik (Londres) y la familia con la que me
quedé ya me estaba esperando. Nos fuimos con el coche hasta su casa
y yo ya estaba medio grogui después de tanto avión.
Primera
curiosidad: me costó acostumbrarme al hecho de que los ingleses
conducen por el otro lado. Es muy extraño.
No
creo que haya mucho más que decir sobre mi viaje. Tal vi una cama,
tal me tiré en ella sin pensarlo.
Por
la mañana me encontré sola en la casa. En la pared había una nota:
Esa
fue una de las mejores mañanas. Me hice unos buenos huevos revueltos
con bacon y tostadas. Más tarde descubrí una máquina de hacer
capuccinos que se convirtió en mi mejor amiga durante mi estancia
allí.
También
me dediqué a explorar la casa. Era una típica casa inglesa muy
bonita y acogedora.
(Sí,
¡¡¡tenían la habitación de Harry Potter debajo de las
escaleras!!!)
A
partir de allí fue un no-parar. Pasaron unos días antes de hacer
ninguna excursión turística, pero los aproveché para explorar el
pueblo donde estábamos: Whyteleafe, Croydon. También la
familia me presentó algunos de sus amigos y pude practicar mucho
inglés. Fue divertido.
London
Bien,
esta fue una de las mejores partes de mi viaje.
First
Day
El
primer día que fui a Londres me acompañó la chica de la casa ya
que no había ido nunca y siendo menor y con poca experiencia por
ciudades extranjeras, fue lo mejor. Como ella trabaja por las
mañanas, cogimos el tren de las 4 P.M. Seguramente pensaréis: uf,
que tarde para ir a Londres a visitar, ¿no? Error, hehe. Algo a
saber sobre Londres es que es una ciudad tremendamente extensa y
gigantesca. Por lo tanto, hay tanto por ver que por pocas horas que
vayas algo nuevo verás.
Una
vez en la estación Victoria (en el centro de Londres y una de
las estaciones más importantes de la ciudad) salimos al exterior y
casi me da un ataque al corazón. Estaba tan emocionada que daba
miedo. Tal enamorada tenía mariposas en la barriga y en el cerebro
también. Lo primero que vi fue un bus rojo de dos pisos típico de
Inglaterra (ya que no sólo los encontrarás en Londres). Agrada a la
vista ver tanto rojo por las calles.
Ese día simplemente recorrimos
el River Thames desde Victoria hasta London Bridge.
Vi muchos de las típicas atracciones turísticas: el Big
Ben, la abadía de Westminster,
London Eye y otros.
Acabé
exhausta ya que lo hicimos todo a pie y no soy muy atlética que
digamos :3 Y así acaba mi primer día en la capital inglesa.
Second
Day
El
segundo día fue mucho más a la aventura ya que... ¡Fui sola! Un
poco arriesgado, pero era mi única manera de ir a mi ritmo y ver
todo lo que tenía planeado ver.
Cogí
otra vez el tren a las 9 y media de la mañana (todos los días que
hice viajes utilicé una Travelcard,
que te sirve durante todo el día todas las veces que quieras tanto
en el metro, como con los buses y trenes) y llegué a Victoria otra
vez. Lo primero que hice fue ir al Buckingham Palace
ya que cada día se realiza el Cambio de Guardia y no me lo quería
perder.
Llegué
bastante más temprano pero ya fue algo acertado, pues el número de
turistas que van a ver este acontecimiento es muy alto y pude coger
un buen sitio. Es una ceremonia bastante curiosa e interesante.
Totalmente recomendable. Por si os interesa sucede cada día a las
11:30 de la mañana (por al menos en verano, vaya).
Después
de eso tuve mi primer contacto con una de las razones por las cuales
fui a Inglaterra: Harry Potter.
Sí, ese mago que ha dado la vuelta al mundo con sus aventuras. Soy
muy MUY muy fan y el hecho de ir a su país me llevó evidentemente a
realizar actividades relacionadas con él. En fin, aquí viene mi
primera conexión con su mundo.
Fui
a King's Cross (la
estación donde se encuentra el tren que cogen los alumnos de
Hogwarts para llegar a
la escuela). Allí se encuentra el andén 9 y ¾, un andén que
supuestamente no existe y que para acceder a él debes travesar un
muro.
Bien,
pues allí tienen un buen negocio montado: está el andén con su
maleta medio travesada en la pared y una cola larguísima para
hacerse la foto accediendo al andén. Hay una fotógrafa oficial que
te hace una foto buena para que luego la puedas comprar en la tienda
que tienen al lado (sí, una tienda sólo de Harry Potter)
pero también te puedes tomar tu propia foto con el móvil o cámara
personal. Yo no compré la foto porque, evidentemente, valía un ojo
de la cara. Pero sí me tomé mi propia foto.
Después
de esa fantástica experiencia (la cual me dejó una sonrisa durante
todo lo que faltó del día) visité otras cosas interesantes como
puede ser Trafalgar Square, National Gallery, Piccadilly Circus y
otros. Fue uno de los mejores días de mi vida. Esa ciudad es mágica.
Aquí dejo dos fotos de todas las comprillas que realicé.
Bien,
creo que esta entrada ya es suficientemente larga por lo tanto
reservo mis demás aventuras para la siguiente. ¡Coming soon bbs! ;)